Melilla quizá sea una gran desconocida para muchos de nuestros lectores, y si bien es cierto que Melilla no es una comunidad sino una ciudad autónoma, qué mejor ocasión que acercarnos a ella en su día festivo.
Tristemente, se habla mucho de Melilla en la actualidad por su famosa valla, esa que tantas personas intentan saltar par buscar una vida mejor al otro lado. Pero más allá de esos 11 kilómetros de valla, Melilla tiene muchas cosas que no la deben separar del resto de España.
Para empezar queremos ensalzar a esa Melilla que bien podría ser Patrimonio de la Humanidad por diversos motivos. Por sus bienes materiales como los Recintos Fortificados de los s.XVI, XVII y XVIII, incluidos los del XIX más conocidos como los Fuertes Exteriores. También por sus bienes naturales como las Islas Chafarinas, que constituyen un archipiélago español del mar Mediterráneo perteneciente a España desde 1848. Si bien no pertenecen a Melilla, esta Comunidad está estudiando incluirlas en su candidatura a convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Este archipiélago está situado frente a las costas de Marruecos y está constituido por tres islas: Isla del Congreso, Isabel II y del Rey Francisco. Están protegidas bajo la forma de Refugio Nacional de Caza. Sólo los militares españoles destinados en ellas tienen acceso a las islas. Son refugio de numerosas especies animales en peligro de extinción.
Melilla se sitúa al noroeste del continente africano, junto al mar de Alborán y frente a las costas de 
Granada y Almería. Se encuentra dispuesta en un amplio semicírculo en torno a la playa y el puerto, en la cara oriental de la península de cabo de Tres Forcas, a los pies del monte Gurugú y en la desembocadura del río de Oro, a 1 metro de altitud sobre el nivel del mar. Su clima es mediterráneo y la ciudad cuenta con una población de 81.188 habitantes. El 56% de la población es originaria de la península Ibérica, de idioma español y tradición religiosa católica. Otro 41% de los melillenses son musulmanes, mayoritariamente autóctonos de la zona del Rif donde se asienta Melilla; su idioma materno es el rifeño, aunque esta lengua no tiene reconocimiento oficial en la región. Le sigue en importancia la comunidad judía con unos 1.000 habitantes, en su gran mayoría sefardíes expulsados por orden de los Reyes Católicos y la Inquisición Española de la península Ibérica. Otros pobladores de Melilla son inmigrantes comerciales, como la pequeña comunidad hindú (que hace tiempo era significativa) o la china (hoy en día creciendo exponencialmente) o la inmigración ilegal como es el caso de la comunidad subsahariana o argelina.
Un dato curioso en cuanto a las cifras de población que al menos a mí me ha sorprendido es que cuenta con la tasa de natalidad más alta de España, frente al índice de mortalidad que se sitúa como el más bajo de España.
El patrimonio cultural de Melilla es extenso, y además de sus conocidos fuertes que antes mencionábamos Melilla es, después de Barcelona, una de las ciudades con mayor representación del arte modernista de España y la mayor representación del Modernismo en África. Cientos de edificios (hay catalogados más de 500 edificios) se reparten por el ensanche central y por sus barrios. Esta zona moderna también está protegida como Bien de Interés Cultural. En los años treinta, el Art déco prende en la arquitectura de Melilla. Destacan sus edificios modernistas florales, como la Casa Tortosa. También cuenta con edificios historicistas, eclécticos, art decó y clasicistas de gran valor y belleza.
Como en todas las reseñas que saquemos este curso nos parece importante mencionar a personajes
Esperamos que Melilla os haya resultado interesante y hayáis aprendido algunas cosas sobre esta ciudad.
