Como presidenta de una asociación de padres, me pareció muy importante invitar a reflexionar a los padres del colegio sobre este tema. Recibí no muchas respuestas, pero las que recibí fueron muy enriquecedoras. Intentaré en esta ponencia reflejar no solo mi propia opinión, sino también la de muchos de estos padres, ya que es una excelente forma de hacer públicas sus preocupaciones y seguramente las preocupaciones de otros padres, que no han tenido la oportunidad de contactar conmigo y de expresarse.
El papel educador de los padres traspasa cualquier frontera, sociedad o cultura…..creo que este tema es, muy importante hoy en día, porque estamos viviendo en los tiempos, en los que nuestros hijos pueden viajar y conocer no solo otros lugares, sino también otras culturas. Los intercambios y las becas para estudiar en el extranjero, les brindan las oportunidades de compartir parte de su vida en entornos diferentes. Les amplían los horizontes y les preparan para vivir en un mundo globalizado, en un mundo cambiante, en un mundo en el que lo más probable sea que tendrán que viajar y saber relacionarse con las personas de diferentes lugares del mundo.
Creo que todos coincidimos en que la educación comienza en el entorno familiar, independientemente de cómo este constituido ese entorno familiar- ya sabemos que hoy en día puede ser muy diverso, no siempre se trata de una familia típica. En mi opinión lo importante es, que en ese entono, las normas de convivencia estén basadas en el respeto, en el amor, la confianza y la tolerancia….
La sociedad actual nos exige a padres y madres un tiempo que, desafortunadamente, muchas veces debemos restar a nuestros hijos, los padres difícilmente pueden sentarse con sus hijos todo el tiempo que quisieran o que estos necesiten. Como esta ponencia es muy corta y como mencioné antes el tema es demasiado amplio, me gustaría hacer hincapié en algunos conceptos que en mi opinión son fundamentales, como el respeto, el valor del esfuerzo, la permisividad, la coherencia y las normas de convivencia. Y como me indicó un padre: lo de educar a los hijos , no es algo de lo que podemos escaparnos, porque si no lo hacemos nosotros , lo harán los amigos o la tele, … y por eso tenemos que intentar llegar antes, sembrar nosotros primeros y tratar de transmitir lo mejor.
Vivimos en una sociedad en la cual todos nuestros actos tienen consecuencias buenas o malas, y repercuten en el resto de las personas de nuestro entorno. Nuestra libertad tiene límites, porque tenemos no solo derechos, sino también obligaciones.
Los padres que queremos transmitir a nuestros hijos una serie de valores y buenas costumbres, creo que nos esforzamos en fortalecer los vínculos con los niños y buscamos la forma de enseñarles valor de sacrificio, esfuerzo, tenacidad, disciplina, en darles buenos ejemplos y trasmitirles nuestras experiencias tanto buenas como no tan buenas..
Cuando la madre o el padre tratan a los demás con respeto, tienen buenas relaciones con los compañeros de trabajo, tienen amistades, basadas en la honestidad, pues en mi opinión los niños aprenden a valorar esas virtudes y desde mi punto de vista nuestro comportamiento se convierte en un espejo en el cual ellos se ven reflejados.
Yo personalmente opino, que una de las mejores cosas que un padre puede darle a su hijo, o quizás lo mejor, son unos minutos de su tiempo cada día. El tiempo dedicado a los hijos da cimientos a una relación segura, a una relación de confianza con ellos y creo que no se puede dedicar el tiempo de calidad a los hijos de forma programada, por ejemplo a la misma hora de la tarde, porque un hijo, me parece habla de sus preocupaciones o pregunta, cuando le viene a la mente, el tiempo que reclama a veces es necesario en el momento más inoportuno para nosotros…. Pero resulta que para él es el momento más indicado y es entonces cuando hay que prestarle atención y dejar otras ocupaciones.
Además cada día, los niños están expuestos a mucha información, creo que la mayoría de las veces no adecuada para sus edades, información que no comprenden y que a veces tiene gran impacto sobre ellos y les crea preocupaciones. Así un padre, una madre que están dispuestos a dedicar el tiempo a diario a sus hijos, pueden resolver mejor sus dudas y comprender mejor sus temores y por lo tanto pueden explicarles las cosas mejor que nadie. Por otro lado, creo que un niño con un vínculo fuerte y una relación adecuada de confianza con sus padres, será menos propenso a las malas influencias, a introducirse en problemas, en un mundo de drogas o violencia. En la sociedad de consumo, es muy fácil de hecho, darles cosas a los niños antes que dedicarles tiempo. No son pocos los padres que dan prioridad a gasto en videoconsolas, que a gasto en educación o cultura.
Los niños cuando nacen no saben lo que es adecuado y lo que no. Somos los adultos los que tenemos que decirles que existen normas y límites. Y yo creo que el dejar que el niño haga lo que quiera y no llamarle la atención por miedo de frustrarlo, ya es principio de mala educación. No es fácil poner reglas, ser coherente con ellas y mantenerse en una postura firme y decidida, muchas veces decimos no y luego cedemos, y el no en la mayoría de los casos debería ser innegociable. Tampoco se trata de ser autoritario, que sería el otro extremo de la permisividad, pero lo que si hay que ser, es coherente.
En mi opinión, en los últimos años hemos pasado de una educación severa a demasiada permisividad y muchos padres educan a sus hijos como si fueran sus amigos, no padres. Piensan que lo mejor para sus hijos es que no se esfuercen, que no se frustren, que no tengan obligaciones y que no asuman responsabilidades, ni las consecuencias de lo que hacen. Luego más tarde, por lo que les pasa en la vida, muchos culpan a la sociedad, también culpan a los tiempos o a los demás.
Creo, y no entiendo porque es así, que hoy en día se aprecia muy poco el trabajo, la educación, la formación de las personas, lo de ser responsable y el esfuerzo. Parece que pocos se dan cuenta de que realmente todo lo que vale la pena, cuesta.
En cuanto a las normas de cortesía y las normas de buena educación, en mi opinión hay que enseñarlas a los niños desde muy pequeños. Cuando un niño o una niña empiezan a hablar, cuando quiere una galleta, hay que enseñarle a decir por favor y gracias. Lo mismo pasa con los saludos.
Yo personalmente, no comparto esa opinión de muchos de que solo los padres deben educar a sus hijos y la escuela instruirlos, porque creo que hay una responsabilidad que recae sobre la totalidad de los adultos del entorno del niño. Padres, maestros, familiares, vecinos, comerciantes, todos los que se relacionan a diario con los niños somos los que influimos en ellos y tenemos que ser conscientes de ello.
Y ya para finalizar, -absolutamente todos los seres humanos son hijos de alguien. A los padres de nuestros padres les preocupaba el futuro, a nuestros padres les preocupaba el futuro nuestro y a nosotros nos preocupa el futuro de nuestros hijos. Pero realmente el mundo que tenemos ahora, es el que estamos creando nosotros mismos, el mundo que van a tener nuestros hijos será el que van a crear ellos y pienso que lo que tenemos que hacer es preocuparnos por como los estamos educando para que puedan crear un mundo mejor que el que les estamos dejando.
(Extracto de la ponencia ofrecida por la presidenta del AMPA de El Enebral, el lunes 6 de noviembre de 2012, formando parte de la jornada denominada Politesse)
Una ponencia muy enriquecedora, al igual que las demás que conformaron la jornada sobre la politesse. En la web del ampa www.enebralampa.org está colgada tanto la ponencia de la presidenta (en word)como la grabación de toda la jornada. Por si a alguien le interesa escucharla. La verdad es que merece la pena
ResponderEliminarMuchas gracias Rufh, por tan interesante aportación y enlace. La verdad es que no he tenido tiempo de hacerlo en el blog por las causas familiares que ya conoces.
ResponderEliminarGracias, muchas gracias.