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martes, 10 de diciembre de 2013

El asesinato de John Lennon

Un demente lo acribilló a balazos en la puerta de su casa horas después de pedirle que le firmase un autógrafo.
Con la muerte de Lennon, uno de los componentes del conjunto de Liverpool que revolucionó el mundo de la música moderna, desaparece también parte de un mito juvenil que formó parte del decenio de los sesenta". 


Cuatro días después, medio millón de personas se reunía en el Central Park de Nueva York para rendirle homenaje. La esposa del asesinado, la artista japonesa Yoko Ono, había pedido a los fans de todo el mundo que aquel domingo a las dos de la tarde permaneciesen diez minutos en silencio, rezando por el alma de su esposo.

El asesinato de Lennon había conmocionado al mundo entero. El presidente de Estados Unidos Ronald Reagan lo definió como una "gran tragedia". Los medios de comunicación ingleses le dedicaron ediciones especiales, mientras los discos del ex beatle se agotaban en las tiendas. La muerte de Lennon –a la que muchos compararon con la de John Fitzgerald Kennedy–, simbolizó el final del sueño de la juventud de los 60.


Mark David Chapman: retrato de una obsesión

Su fijación por Lennon llegaba a extremos surrealistas. Se casó con una joven de origen japonés –como Yoko– y firmó la liquidación de su último trabajo con el nombre de "John Lennon". A Chapman, sin embargo, no le gustó que el cantante dejase temporalmente la música para dedicarse a cuidar de su hijo Sean. La lectura de El guardián entre el centeno, de J.D Salinger, cuyo protagonista cree que los adultos son unos farsantes, se encargó de hacer el resto.

Cuando la policía llegó al lugar del crimen, Chapman no opuso resistencia. Días después confesó ser el autor de los disparos, y el juez lo condenó a cadena perpetua. La familia de Lennon sigue considerándolo un peligro para sus vidas.

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