EL 23 DE FEBRERO DE 1981, durante la investidura de Calvo-Sotelo como nuevo presidente, el coronel Tejero y otros 200 guardias civiles secuestran durante 16 horas a los diputados presentes en el Congreso. El papel mediador de Adolfo Suárez como presidente en funciones fue determinante para poner fin al golpe de Estado. Un año y medio después, en octubre de 1982, el triunfo del PSOE en las urnas abría un nuevo capítulo en la Historia política de España.
Esta reseña que hago hoy sí que la redacto en primera persona, porque todo lo que voy a escribir lo viví en primera persona. Era lunes, estaba en una tienda, concretamente en una mercería, con mi madre, cuando oímos a través de la radio que se estaba dando un golpe de estado en el Congreso de los Diputados. Fue la noche de los transistores. España entera nos enganchamos a la radio, (he de reconocer que gracias a mi madre, soy una radiadicta), para seguir lo que acontecía en el Congreso. El 23 de febrero de 1981 un grupo de miembros de la Guardia Civil, con Tejero al mando, entraban en el hemiciclo pistola en mano mientras se votaba la investidura de Calvo-Sotelo. Empezaba la Operación Galaxia.
Al grito de "¡Todo el mundo al suelo!" el teniente Coronel amedrentó a todos los que se encontraban en el Congreso... a todos menos a dos. El general Guitérrez Mellado y el presidente saliente Adolfo Suárez se enfrentaron valientemente a los ocupantes. Eran las 18.25 horas, la tarde prometía ser muy larga... Y es que mientras el Congreso permanecía sitiado el Capitán Milans del Bosch sacaba los tanques a las calles de Valencia. Pero de nada serviría. Ya de madrugada, el Rey don Juan Carlos aparecía en la televisión para hacer pública su negativa al golpe militar. Punto final. Sus palabras, y también las del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pidiendo "serenidad" tranquilizaban a una población que había seguido con mucha incertidumbre y miedo los sucesos acaecidos en el hemiciclo. También Europa respiró tranquila tras la intervención del monarca.
Pero si los españoles supimos qué sucedió en el Congreso aquel ya mítico 23-F fue en gran parte gracias a la grabación de un cámara de TVE que filmó los primeros momentos del suceso. También los dos periodistas que retransmitían para la cadena SER la sesión de investidura se convirtieron en testigos para la historia y dos fotógrafos de la agencia EFE tiraron fotografías "sin cesar" de un acontecimiento que siguieron a través del visor de su cámara.
La cabeza visible del intento de golpe de Estado, Tejero, fue detenido en una de las dependencias de la Benemérita minutos después de haberse entregado a su superior.
Tras el suceso, todo el mundo coincidió en que la figura del Rey quedó reforzada. Los diputados elogiaron la actitud del monarca e incluso el entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, felicitó a Su Majestad por teléfono. También Londres y París celebraron la firmeza de don Juan Carlos.
Al día siguiente, en el instituto, supimos a través, sobre todo, de nuestros profesores, el talante democrático de la mayoría. Me sentí muy orgullosa de mi país.
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