Los críticos suelen
opinar que el Goya de los grabados es el más genial, pues son obras no
encargadas, que brotan de su imaginación y de su espíritu de artista.
Precisamente es en los grabados donde encontramos la mayor y más ilustre
aportación de Francisco de Goya a la pintura de temática taurina. Así, la
colección titulada “La Tauromaquia” es celebrada universalmente y es, sin duda
alguna, su legado más importante a la iconografía taurina.
La colección se
puede dividir en tres partes diferenciadas:
1) Un primer grupo
lo compondrían las estampas que reflejan los antecedentes de las corridas de
toros y que, según algunos autores, serían ilustraciones literales de datos que
su amigo Leandro Fernández de Moratín había recogido en su “Carta histórica
sobre el origen y progresos de la fiesta de toros en España”.
Carlos V
lanceando un toro en la plaza de Valladolid. Museo del Grabado de Goya –
Fuendetodos. Es una buena muestra de esa sección, pues refleja un
lance de una corrida caballeresca, el antecedente inmediato del toreo a pie. En
concreto es el momento en el que Carlos V lancea un toro en el festejo con el
que se celebró el nacimiento de su heredero, Felipe II.
2) Una segunda
parte la formarían aquellas estampas con las que Goya da a conocer suertes del
toreo que se practicaban en su época, basándose en faenas o acciones de famosos
toreros coetáneos, entre los que cabe citar a Martincho, El
Estudiante de Falces (al que probablemente no llegó a
conocer el artista), Pedro
Romero o Juanito Apiñani.
Ligereza y
atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid. Museo del Grabado de Goya –
Fuendetodos. Es muy representativa de esta sección, pues el salto
de la garrocha es una suerte muy practicada a lo largo de la historia del toreo
en festejos profesionales y, del mismo modo, por aficionados en los festejos
populares. Juanito Apiñani, torero de Calahorra que actuó en Madrid y Zaragoza
entre 1750 y 1770, practicaba la suerte del salto de la garrocha, alcanzando
mucha fama por su agilidad.
3) Y en una tercera
sección es donde queda representada la cara más amarga de los toros, con
algunas cogidas dramáticas; algunas, incluso, con resultado trágico, como la de
Pepe-Hillo.
La
desgraciada muerte de Pepe-Hillo en la plaza de Madrid. Museo del Grabado de
Goya – Fuendetodos. Es el suceso más famoso de los reflejados en este
grupo: la cogida mortal sufrida por Pepe-Hillo en Madrid, el día 11 de mayo de
1801, en el momento de entrar a matar al toro “Barbudo”.
Gracias a “goya.fuendetodos.org” podemos ver completa una de las ediciones de “La
Tauromaquia”; así como otras tres ediciones de grabados correspondientes a “Los
Caprichos”, “Los Desastres de la Guerra” y “Los Disparates”.
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